Ontario, Canadá es en medio de un auge de la solar. La provincia contiene la mayor instalación solar operacional en el mundo--un megacomplejo megavatios 97 construido por primera Solar--y tiene contratos de más de 1.400 más megavatios de energía solar y lista para ser construido. Pero no es porque Ontario obtiene gran cantidad de luz solar (la ciudad obtiene 20% menos de Los Ángeles). No, el auge del solar es el resultado directo del programa de tarifa de alimentación de la provincia, que ofrece a los propietarios de viviendas y negocios tasas por encima del mercado para alimentar su excesiva energía solar de vuelta a la cuadrícula. Y ahí radica el problema.
Programa de tarifa de alimentación de Ontario, comenzado en 2009 para aumentar la inversión verde en la región, atrae a instalaciones solares pagando 44.3 centavos por kilovatio-hora para poder de grandes proyectos solares y hasta 80,2 centavos para sistemas de azotea que producen menos de 10 kilovatios--una tasa por encima del mercado (residentes pagan 10 centavos por kilovatio-hora para poder durante tiempos de productividad solar pico). En otras palabras, no hay mucho dinero en instalaciones solares.
No es de extrañar, entonces, que Ontario ha recibido 30.000 solicitudes de proyecto en los últimos 18 meses, según MIT Technology Review. Pero este tipo de éxito no viene sin problemas. Ontario está teniendo problemas para mantener el ritmo de la demanda - en enero, 1.000 proyectos se retrasaron debido a preocupaciones sobre la capacidad de la cuadrícula para manejar el diluvio solar. Y si el partido conservador progresista de Ontario llega al poder (lleva en las encuestas), todo el programa podría cancelarse, causando un gran dolor de cabeza para los desarrolladores que han sido depender de aranceles de alimentación altas para hacer dinero.
Tal vez el mayor problema es que el programa de Ontario desalienta innovación en la industria solar mediante el pago de los mismos tipos de instalaciones mayores, clunkier como lo hace de nuevo y más eficiente.
Ontario dista mucho de ser la primera ciudad para utilizar aranceles de alimentación--la práctica es común en toda Europa. Pero la provincia ha cometido un error, ofreciendo tanto efectivo para energía solar. Es una lección que debe ser tomada en cuenta por otras ciudades considerando programas similares.
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